La nueva realidad social requiere que los centros educativos entiendan los procesos de enseñanza y aprendizaje en un sentido más amplio del que tradicionalmente se ha considerado.
Así, se hace necesario crear climas de convivencia y participación que permitan al alumnado desarrollarse plenamente como persona teniendo siempre como referencia el paradigma de la plena inclusión.
Sobre estos y otros muchos aspectos como la importancia de las emociones en educación, el valor real de las nuevas tecnologías, la influencia de una buena labor pedagógica en el discente, etc, hemos conversado con María Dolores Artigao, orientadora de educación que atesora más de treinta años de experiencia en el sector educativo tanto en diferentes etapas y niveles como en puestos desempeñados, y que, a pesar de muchos problemas encontrados en esta larga trayectoria, se considera una optimista de la educación que ha sido y que será.
